Se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania que despertó a la Alianza Atlántica de la “muerte cerebral” y que llevó a la UE a romper tabúes como el debate de ampliación, el envío de armas, las sanciones sin precedentes, la dependencia energética y la política de asilo. 365 días de una guerra de agresión donde Polonia se ha convertido en un jugador central del club comunitario pasando de ser una amenaza liberal a un aliado estratégico para EE.UU. en el este que, además, marca la agenda a Bruselas. Un año después se reaviva entre los socios la preocupación por el enquistamiento del conflicto, quienes tienen además el reto de las compras comunes de armas con cargo al presupuesto comunitario; algo que, en teoría, los Tratados no permiten. La UE sigue trabajando para aprobar el décimo paquete de sanciones contra Rusia mientras Hungría advierte que vetará las medidas energéticas. Por otro lado, con respecto a la delegación europarlamentaria que viajó a España para fiscalizar el reparto de los fondos europeos, cabe destacar que la visita concluyó con una serie de recomendaciones y un aprobado tras la confirmación de la inexistencia de fraude. Nuestro país sigue siendo el Estado miembro más avanzado con los fondos europeos de recuperación.
