Fumata blanca tras el acuerdo entre la UE y Reino Unido para enmendar el Protocolo de Irlanda del Norte. El texto, denominado Acuerdo de Windsor por el lugar de su ratificación, pondrá fin a la guerra política y comercial en torno a Irlanda del Norte, el mayor escollo al que había dado lugar el Brexit. En el texto se establece un sistema de rutas entre Gran Bretaña y la isla de Irlanda y otro diferenciado entre Gran Bretaña y la UE. También se modifica el régimen tributario aplicable en Irlanda del Norte y se reduce la circulación de medicamentos en la región por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). De igual modo se plantean soluciones al papel del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y al del parlamento autonómico norirlandés. Se cierra así una etapa tediosa y demasiado larga donde Rishi Sunak ha sabido mostrarse como un primer ministro pragmático y sensato que, sin embargo, aún no tiene asegurada la ratificación parlamentaria del acuerdo. Por otro lado, los Estados miembros parecen muy cerca del acuerdo sobre la reforma de las reglas fiscales. Cuestión en la que países, como es el caso de España, llevan insistiendo en la necesidad de cambios desde la pandemia.
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