El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández Cos, centró su intervención en las reformas estructurales que España necesita.
- LA POLÍTICA ECONÓMICA EN LA SEGUNDA FASE DE LA CRISIS
Las magnitudes principales y los retos a los que hay que enfrentar, requieren respuesta de política económica contundente.
Los principales elementos que debiese incluir esta respuesta serian:
- Políticas monetarias y financieras.
La prioridad debe seguir siendo dar apoyo a la recuperación y mantener la estabilidad financiera, asegurar que la política monetaria se transmita a todos los sectores de la economía y a todos los países, y evitar que surjan problemas de fragmentación financiera.
Una de las situaciones durante esta pandemia fue que las empresas pudieron hacer uso de los colchones de capital disponible, además del programa de avales públicos a los préstamos a las empresas. Lo que hay que asegurar es que las empresas continúen teniendo acceso a la liquidez a través de mecanismos de garantía pública adicionales.
El compareciente indicó que resultaría necesario restablecer paulatinamente los incentivos para que los recursos financieros se reasignen hacia aquellas empresas y sectores que pueden contribuir en mayor medida a la recuperación de la actividad y del empleo.
- Extender temporalmente y recalibrar algunas de las medidas ya aplicadas.
Mantener algunos de los instrumentos de apoyo a las rentas de los hogares más vulnerables, si bien es fundamental que se mantenga su carácter focalizado, con un diseño que no distorsione las decisiones.
Extender los ERTE en algunos sectores o empresas que seguirán muy afectados por las medidas de distanciamiento social. En paralelo, asegurar el correcto funcionamiento de los diferentes mecanismos de flexibilidad disponibles para las empresas, cuyo papel es especialmente útil para permitir potenciales ajustes estructurales derivados de la crisis.
- Incorporarse nuevas medidas en varios ámbitos
Esto en relación a las políticas activas de empleo y de formación para desempleados y trabajadores suspendidos temporalmente. Estas medidas tendrían como objetivo mantener su empleabilidad y facilitar su recolocación en aquellos sectores o empresas con mayor capacidad de crecimiento.
También resulta urgente revisar los procesos de reestructuración, insolvencia y alivio de la carga financiera de las empresas. Deben establecerse procedimientos administrativos ágiles y simplificados.
- Impulso fiscal
En las primeras fases de la recuperación es adecuado un impulso fiscal que permita apoyar la reestructuración del tejido productivo. Para ello, sería recomendable priorizar el uso del eventual fondo de recuperación europeo en determinadas inversiones que se contraen más en tiempos de incertidumbre y dificultades financieras, este es el caso de la inversión en capital tecnológico y en formación.
También es el momento de agilizar los proyectos que contribuyan a la transición hacia una economía más sostenible.
- DISEÑO DE UNA AGENDA AMBICIOSA DE REFORMAS ESTRUCTURALES
Se hace necesaria la definición de una agenda ambiciosa de reformas estructurales, dirigida a aumentar el crecimiento potencial de la economía, la cual debieses atacar los siguientes puntos:
- Mejorar la dinámica de la productividad
En primer lugar, el principal factor explicativo del bajo crecimiento potencial de la economía española es el escaso crecimiento de la productividad.
Hay tres aspectos que, de forma transversal, determinan esas ganancias en productividad:
- Fomentar la dinámica y el crecimiento empresarial, e incrementar el grado de competencia sectorial
La economía española se caracteriza por el reducido tamaño de sus empresas. Habría que asegurar que los objetivos buscados por todas las regulaciones que introducen una cierta discriminación empresarial por razón de su tamaño sean compatibles con la competencia y no planteen obstáculos al crecimiento empresarial.
Además, habría que profundizar en las mejoras del marco regulatorio para converger con las mejores prácticas de las economías de nuestro entorno.
- Mejorar el capital humano
Incrementar la productividad requiere, adicionalmente, mejorar el capital humano.
Apuntan a la conveniencia de replantearse el diseño institucional del sistema educativo, así como el contenido del currículo y el propio sistema de aprendizaje. Los objetivos serían favorecer la orientación individualizada y temprana del alumno; en el ámbito universitario, mejorar la selección del personal docente e investigador y vincular la financiación del sistema a objetivos de excelencia.
- Incrementar el capital tecnológico
El capital tecnológico es otro pilar fundamental sobre el que debe descansar cualquier estrategia de crecimiento.
Las posibles actuaciones públicas en ese ámbito no pueden reducirse a dotar una mayor partida presupuestaria. También serían deseables modificaciones en el sistema de promoción y de carrera investigadora para favorecer la entrada y el desarrollo de nuevos investigadores con elevado potencial.
- Reducir el desempleo y la precariedad del empleo
El segundo objetivo de la agenda de reformas debería ser atender a los desafíos del mercado de trabajo
- Reducir la temporalidad del empleo
Los trabajadores con contrato temporal los que han venido soportando, de manera desproporcionada, los flujos de destrucción de empleo en nuestra economía.
Reducir la dualidad es ineludible. Para ello, los mecanismos de protección al empleo deberían ser revisados bajo el prisma de compatibilizar la necesaria protección de los trabajadores con la flexibilidad de las empresas.
- Mejorar las políticas activas de empleo
Otra de las características del mercado laboral es la elevada persistencia de las situaciones de desempleo.
Por ello, deben reforzarse las políticas activas de empleo. En particular, resulta necesario habilitar mecanismos que permitan un seguimiento y orientación individualizada de los desempleados, basados en técnicas de perfilado estadístico de los parados y de las vacantes disponibles.
- Reforzar las políticas de inclusión
Debe abordarse el reto que supone el incremento de la desigualdad. Las medidas ya aprobadas de protección del empleo y de apoyo a las rentas de los hogares deberían contribuir a reducir la vulnerabilidad de los hogares más afectados.
- Favorecer la transición hacia una economía más sostenible
Combatir el cambio climático y facilitar la transición hacia una economía más sostenible constituyen otros desafíos fundamentales a los que se enfrenta nuestra sociedad. La política fiscal deberá desempeñar un papel preponderante en la estrategia necesaria para alcanzar los objetivos marcados en este terreno, tanto para desincentivar las actividades más perjudiciales para el medio ambiente como para estimular el crecimiento de aquellas empresas sostenibles.
- Afrontar los nuevos retos estructurales tras el Covid-19
- El proceso de globalización de la producción
Frente a esto, el país debe desempeñar un papel de liderazgo en la defensa de un modelo comercial global, basado en las reglas multilaterales y la libre competencia. España ha aumentado de manera muy significativa su apertura al exterior, lo que ha resultado esencial para el crecimiento, pero también nos hace más sensibles a un eventual repliegue del comercio internacional.
- El proceso de digitalización
La crisis también podría acelerar el proceso de digitalización de la economía. Se ha demostrado las posibilidades del teletrabajo, cuya utilización en España era reducida con anterioridad a esta crisis. Su desarrollo exigirá potenciar sus aspectos positivos y tratar de mitigar sus inconvenientes.
- Garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas
Es necesario que en el medio plazo se acometa un programa de reducción gradual del déficit y del endeudamiento públicos.
Se debería incluir una definición clara de los objetivos presupuestarios y de sus plazos, así como el detalle de las medidas necesarias para su consecución. El cual debería también estar basado en una previsión prudente de la evolución macroeconómica e incorporar una respuesta adecuada ante posibles desviaciones.
3. CONCLUSIONES
Para finalizar la autoridad insistió en los cinco atributos que, deberían caracterizar la estrategia de crecimiento que necesita el país en este momento: urgente, ambiciosa, integral, evaluable y basada en consensos amplios.
D. Josep Borrell, Vicepresidente de la Comisión Europea
A continuación, tomó la palabra D. Josep Borrell para lanzar una mirada sobre Europa.
- Situación actual de la pandemia en Europa y el mundo
Aunque la situación de la pandemia parece estar controlada en Europa, en estos días nos encontramos en el pico más alto de contagios a nivel mundial, con los focos centrados en América y África.
En este escenario, cada vez se hace más evidente la necesidad de trabajar en una respuesta global para salir de la crisis sanitaria, ya que Europa no puede estar al margen de la situación con la pandemia instalada en estos dos continentes.
- Respuesta europea a la crisis económica
Europa será el epicentro de la recesión económica entre los países desarrollados, ya que se prevé que para este año el Producto Interior Bruto del bloque comunitario retroceda alrededor del 9%, el de Estados Unidos caiga alrededor del 6%, y el PIB de China crecerá al nivel más bajo de los últimos años, +1%.
Esta diferencia con respecto al crecimiento económico entre los 3 bloques predominantes a nivel mundial provocará, probablemente, “que el mundo sea más asiático tras la crisis”.
Al mismo tiempo, teniendo en cuenta la situación actual, se prevé una grave crisis económica en países emergentes y en vías de desarrollo.
Desde el punto de vista europeo, el shock de la crisis está siendo simétrico, ya que está afectando a todos los países por igual, pero las consecuencias económicas serán asimétricas porque la crisis económica afectará a unos Estados más que a otros. Por ejemplo, se prevé que el PIB de Polonia durante este año descienda alrededor de un 4%, mientras que el PIB de Grecia descenderá un 10% aproximadamente.
Esta diferencia se debe, principalmente, a la dependencia de sectores productivos que, por su propia naturaleza, saldrán más perjudicados por la crisis actual. Por tanto, luchar contra la divergencia entre los Estados del norte y del sur, es una de las razones del fondo de reconstrucción propuesto por la Comisión Europea.
Dicho fondo, que alcanza los 750.000 millones de euros, de los cuales 500.000 millones de euros son a fondo perdido y 250.000 millones de euros en préstamos, es una respuesta histórica para una crisis sin precedentes, por lo que las discrepancias entre los Estados son normales.
Evidentemente estas ayudas tendrán un componente de condicionalidad para los Estados, pero no serán las condiciones que se exigían en la antigua crisis con “los hombres de negro”, sino de una condicionalidad funcional que busca cumplir, básicamente, un objetivo a corto plazo y otro a medio plazo:
- Objetivo a corto plazo: Mantener las rentas de las personas y empresas.
- Objetivo a medio plazo: Digitalizar la economía europea e impulsar una “economía verde”.
Además de estos objetivos, tenemos que invertir para hacer una economía europea más competitiva, una economía autosuficiente tecnológica y sanitariamente, y aumentar el presupuesto para invertir y proteger sectores estratégicos europeos.
A parte del fondo de reconstrucción, la respuesta europea en esta crisis ha sido muy rápida, destacando las actuaciones del Banco Central Europeo y la suspensión temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Todos estos avances, sin duda, son pasos hacía una mayor integración europea, dotando al club comunitario de un mecanismo temporal de política fiscal, una mayor solidaridad y una mutualización temporal de la deuda.